Vivimos en el mundo del revés:
Las mujeres no deberíamos odiar a los hombres.
Si se reflexionara sobre este hecho, nos daríamos cuenta de que ellos no representan nuestras desgracias. Las encargadas de eso son LAS OTRAS MUJERES.
Envidia, celos, competencia, falsedad, ironía, egocentrismo, hipocresía: las relaciones entre nosotras están plagadas de eso. Sólo tenemos unas buenas amigas (que muchas acaban por decepcionarnos y otras siguen a nuestro lado, fieles), mientras que el resto, ya sea en un nivel consciente o inconsciente, intenta dañarnos, superiorizarnos, engañarnos. Pero el mayor problema no es percatarnos de la naturaleza de la mujer, sino caer en la cuenta de que no es un "otro", sino que formamos parte de la especie. Aclarando que nunca es saludable generalizar, expongo esta teoría para sustentar un hecho puntual...
y es que dudo que alguna vez haya detestado a otra mujer de esta forma.
Bring it on, BITCH.
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